Pepino – Cucumis sativus

El pepino, además del alto valor nutricional mencionado en la colección de hierbas terapeuticos, proporciona algunas propiedades curativas y protectoras valiosas para nuestro cuerpo.

A partir del sistema digestivo, el pepino ayuda a una mejor y más rápida digestión de los alimentos, al tiempo que promueve la función intestinal saludable, ya que trata el estreñimiento. Su acción calmante alivia la acidez y la gastritis, mientras que su uso es seguro y beneficioso en casos de úlceras.

El consumo de pepino ayuda a eliminar toxinas por la fibra que contiene, así como por su fuerte acción diurética y alto contenido en agua. Al mismo tiempo, su acción es beneficiosa para los riñones, ya que aporta propiedades antiinflamatorias y calmantes que alivian las enfermedades renales y de la vejiga, potenciando así la función saludable de los riñones y favoreciendo la micción.

En uso externo, calma y alivia el dolor, la hinchazón y la inflamación debidos a quemaduras, irritaciones de la piel y hematomas. Al mismo tiempo, su pulpa ofrece todas las vitaminas y nutrientes a la piel dañada, colocada a modo de cataplasma.

Además, el consumo de pepino y su uso tópico, protege los huesos y dientes, aliviando y fortaleciendo las articulaciones, ayuda a mantener la presión arterial en niveles normales, a la vez que ayuda a reducir la hipertensión. El pepino es un alimento que debe incluirse en la dieta de las personas con diabetes, ya que ayuda en la síntesis de insulina por parte del organismo.

El pepino es bueno para comer con la cáscara, ya que la mayor parte de la fibra y la mayoría de sus vitaminas están contenidas en la cáscara. En cualquier caso, elija pepinos de cultivos que sepa que se han cultivado con la menor cantidad posible de fertilizantes y agua de buena calidad.

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